Tamarit: «La universidad es un ejemplo virtuoso de construcción colectiva»

El 4 de julio en Junín y el 8 de julio en Pergamino se desarrollaron los actos de colación de grado académico en el que estudiantes de las distintas carreras que dicta la UNNOBA recibieron sus diplomas. En un clima emotivo, dado por la presencia de familiares y allegados de las y los graduados de toda la región, la entrega de títulos fue el marco propicio para abundar en reflexiones sobre el presente de la educación superior en el país y poner en valor la importancia de la universidad pública, en tanto “instrumento virtuoso que ayuda a las sociedades a construir su futuro”.

“La graduación no es el fin, sino el comienzo de un nuevo camino”, sostuvo el rector de la UNNOBA, Guillermo Tamarit, en su mensaje a los más de 130 nuevos profesionales graduados de la UNNOBA.

“Ninguna difícil coyuntura debe hacernos perder de vista el esfuerzo que hace la sociedad argentina para sostener sus universidades públicas”, planteó el rector. Y describió: “En un contexto de deterioro de los consensos básicos, de altísima fragmentación de los partidos políticos, polarización ideológica y desconfianza ciudadana, el Gobierno nacional ha elegido la confrontación como forma de relacionarse con todo aquello que no se alinea a sus postulados y, en este escenario, las universidades estamos siendo impugnadas y tratadas con arbitrariedad”.

“La fricción, la violencia simbólica y la descalificación forman parte de un método, y esto, de ninguna manera, va a solucionar los grandes y viejos problemas del país”, lamentó.

“Tenemos enormes problemas económicos y el gobierno ha resuelto varios de los más importantes. Pero, como sostenía Domingo Faustino Sarmiento, ‘el sólo éxito económico nos transformará en una próspera factoría, pero no en una nación’”, planteó Tamarit. Y agregó: “Ni más populismo ni más autoritarismo, hay que construir más democracia y comprender que calidad democrática y educación van de la mano”.

Persistir en la tarea

En otro tramo de su discurso, Tamarit reflexionó sobre la falsa dicotomía entre humanismo y tecnología para referirse a los desafíos que enfrenta la educación superior. Al respecto, sostuvo: “La tecnología no ha ayudado a resolver los problemas estructurales de la educación, en muchos casos los ha agravado”.

«Esto, de ninguna manera, es una posición contraria a la tecnología. De hecho las universidades nos valemos de los avances tecnológicos para generar conocimientos y hacer investigación. Más bien, es una invitación a no olvidar que la educación debe persistir en la tarea de formar ciudadanos con espíritu crítico, habilidades, competencias y contenidos para que puedan hacer un uso apropiado de la tecnología, sin correr detrás de las cuestiones tecnológicas creyendo que van a resolver todos los problemas. Nuestra tarea es crear mayor capital humano”.

“Las generaciones que hoy llegan a la Universidad nacieron después del año 2005. Han sido años de inmensas transformaciones tecnológicas y, sin embargo, en la mayoría de los aspectos de la educación, hemos retrocedido”, sentenció apelando a que en la dinámica humanismo-tecnología, no se pierda de vista que “el acto educativo es un acto social que construyen las sociedades en torno a las nuevas generaciones”.

En este punto se mostró optimista al observar: “Estas generaciones que son las que van a tomar la posta, tienen un conjunto de virtudes que no reconocemos en las anteriores. Esto hace que seamos muy optimistas respecto del futuro. Son jóvenes abiertos, preocupados por la salud, el medioambiente, receptivos a la interacción, expertos en organizarse, solidarios. Debemos aprovechar esa potencialidad para dar un profundo debate sobre la educación”.

En este aspecto, insistió en el rol de las universidades: “Hoy, en la era de la inmediatez, tenemos que reflexionar sobre lo que Guillermo Jaim Etcheverry llama ‘el tiempo lento de la educación’. La educación es reflexión, paciencia, trabajo en equipo, equivocación y aprendizaje para volver a desarrollar hipótesis que puedan conducir a mejores resultados”.

Defender la universidad

En relación a la universidad pública, el rector se mostró enfático al señalar: “Es un ejemplo virtuoso de construcción colectiva que se autogobierna, tiene autonomía y, a través de sus graduados y sus actividades de investigación y extensión, rinde cuentas todos los días de lo que sucede en sus aulas”.

“En tiempos en que se interpela tan fuertemente a las universidades en su función, la UNNOBA es un testimonio elocuente del prestigio social que posee la institución universitaria y esto es mérito de la sociedad que encuentra en ella una herramienta virtuosa”, recalcó haciendo un llamado a la acción. “Hago un llamado a la acción que tiene que ver con la defensa de la universidad, sostenida por el esfuerzo de la sociedad y de los miles de docentes y no docentes que, a lo largo y a lo ancho de todo el país, hacen un enorme esfuerzo por sostener la calidad”.

“Debemos conservar, mejorar y proteger la universidad pública porque la educación es esa posta que nos pasamos de generación en generación y nadie puede arrebatarnos ese legado”, concluyó, ante el aplauso cerrado de familiares y allegados de las y los graduados.