El ex secretario de Agricultura de la Nación Lucio Reca afirmó que una tecnificación en la producción agropecuaria permitiría una incorporación masiva de fertilizantes y, consecuentemente, potenciar la producción. En diálogo con El Universitario, se refirió al crecimiento de la producción de granos y al decaimiento de la ganadería.
El ingeniero agrónomo calificó a la situación de la ganadería como “muy preocupante”, ya que en los últimos treinta años el stock no ha variado: “En el mundo ha crecido, en Sudamérica ha crecido y nosotros hemos perdido en términos relativos posiciones muy importantes en un mundo que ha cambiado mucho. Ha cambiado tanto que, aunque parezca sorprendente, el principal país exportador de carne es la India, y no Brasil como hasta hace poco tiempo”.
Reca explicó que eso se da porque en la India la producción interna es sólo para exportación, ya que en ese país no se consume. “Tanto los países árabes petroleros con ingresos muy altos como el sudeste de Asia son mercados que se han desarrollado mucho en los últimos diez años, lo cual proporciona una dinámica diferente. En contraposición, nosotros hemos bajado significativamente las exportaciones de carne argentina, que tradicionalmente eran de alrededor del 10 por ciento del total de la producción. Actualmente, apenas el 2% de la carne vacuna que se comercializa en el mundo es argentina, cuando las posibilidades de colocación existen”, sentenció.
Reca explicó que el desplazamiento de la ganadería por el “grano” ha influido en algo, pero a su vez afirmó que faltan políticas que estimulen al productor a apostar por el ganado: “Va más a allá de atribuir esta realidad a la mayor preponderancia de la agricultura. La existencia del ganado virtualmente no ha cambiado en los últimos 30 años y ese es el hecho. Esto es un problema bastante más complicado y a mí me da la sensación de que los estímulos para la inversión de mediano plazo no están presentes y la sociedad ha decidido mantener sus stocks al nivel que están”.
Mayor producción, mayor incentivo
En relación a la producción de granos, Reca aseguró que Argentina acompañó un crecimiento “muy fuerte” de la demanda internacional, y lo hizo “muy satisfactoriamente”.
“Es de desear que este proceso continúe expandiéndose. Hemos incorporado el uso de fertilizantes pero estamos usando alrededor de 15 ó 20 kilos por tonelada producida y, en el mundo, los promedios están mucho más altos. Quiere decir que ahí hay un margen para una utilización más intensiva y, como consecuencia, lograr producciones mayores por hectárea”, analizó el especialista.
Política agropecuaria y democracia
Con respecto a la evolución de las políticas agropecuarias a lo largo de los treinta años de democracia, el ex funcionario alfonsinista afirmó que ha existido “un crecimiento” posibilitado por la apertura del país.
También apuntó que el caso de los fertilizantes es un ejemplo “muy ilustrativo”. “Permitir la exportación en condiciones favorables, sin aranceles prohibitivos, trae beneficios. Esto está comprobado, ya que esta tecnología se incorporó con los resultados que hemos podido apreciar”, aseguró.
“En términos de incentivos, se podrían efectivizar procedimientos más poderosos que estimulen más la producción. Pero esas son decisiones que llevan tiempo”, señaló.
El ingeniero Lucio Reca fue uno de los disertantes del IV Encuentro de Políticas Académicas y Científico Tecnológicas realizado en la UNNOBA en el marco de los 30 años de democracia.
El ingenio al servicio del país
Corría 1984 y el desafío de consolidar la democracia no era el único. El gobierno del doctor Raúl Alfonsín debía sobrellevar el peso de la deuda externa e interna. Una de las metas era aumentar la producción agropecuaria con ayuda e incentivos, pero era muy difícil en las condiciones del país.
Con este panorama, la Secretaría de Agricultura y Ganadería de la Nación apeló al ingenio para idear dos medidas que aún hoy son valoradas por el sector. “Se importó fertilizante que se les entregó a los productores y esos fertilizantes fueron pagados en término de granos. Dada la inestabilidad de precios y la inflación, debimos recurrir a la más vieja forma de comercializar que existe en el mundo, el trueque”, recordó Reca.
El material importado por el Estado argentino se les entregaba a los agricultores y ellos lo devolvían con la cosecha. “De esta manera se llegó a fertilizar 750 mil hectáreas en un año”, relató.
La otra medida fue la utilización de agua de riego para la producción de maíz, una innovación para la época. “Se realizó en la zona de Pergamino, mediante ensayos programados y controlados. Esto generó una información muy útil, que sigue siendo empleada”, subrayó Reca.