"El sector privado tiene que compartir riesgos y beneficios"

El rector de la UNNOBA Guillermo Tamarit participó en representación de las universidades nacionales de Argentina del debate sobre financiamiento que se realizó en el marco de la Conferencia Regional de Educación Superior (CRES 2008) de Cartagena de Indias, Colombia.

Según explicó el Rector, las conclusiones de la Conferencia Latinoamericana serán un conjunto de recomendaciones que se van a llevar a la Cumbre Mundial de Educación Superior de la UNESCO, que será en París en 2009.

Por su rol en el Comité Ejecutivo en la Comisión Económica del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), Tamarit representó a las Universidades Nacionales de Argentina en uno de los diez puntos que se debatieron: “Retos y Dilemas sobre el Financiamiento de la Educación Superior”. Este documento es parte del general de CRES 2008 titulado “Tendencias de la Educación Superior en América Latina y el Caribe”.

Tamarit explicó que en el debate se plantearon nuevas modalidades para financiar actividades universitarias, partiendo de garantizar la actividad regular de las universidades públicas. “Desde Argentina, planteamos alentar el financiamiento de redes universitarias -como la Red de Bioinformática entre Argentina y Cuba-, pero sumando un financiamiento propio de las redes: además del Estado proponemos que participen las empresas, en base a la responsabilidad social que tienen”.

En el debate también se habló de la necesidad de financiar proyectos específicos, como el caso de las carreras prioritarias para el desarrollo del país: ingenierías, alimentos, informática, genética. Una de las alternativas posibles que se discutieron es la de recaudar impuestos a los profesionales de universidades públicas de determinadas carreras.

El Rector aclaró que la búsqueda de otras fuentes de financiamiento no es para pagar gastos corrientes -como sueldos-, sino para afrontar nuevos desafíos en la formación de recursos humanos y en la generación de nuevos conocimientos. “Lo que nosotros planteamos es que quienes estén potencialmente interesados [los sectores productivos] compartan los riesgos de la formación, así como los beneficios del producto. Es muy difícil seguir pensando en un modelo en que la Universidad pública corre todos los riesgos y el sector privado solo con los beneficios”, expresó Tamarit.

Según el Rector, involucrar al sector privado es necesario para que las acciones que la Universidad emprenda sigan teniendo sentido, para que la función social de la institución siga vigente en el siglo XXI. “Para que universidad siga estando en un nivel de debate de punta, no solo con los sectores económicos sino con los sectores sociales, hay que involucrar a sectores privados que son los beneficiarios del sistema”, aseguró.

No obstante, Tamarit definió el funcionamiento de las universidades públicas como “una responsabilidad insoslayable del Estado”. “La autonomía, a su vez, respecto de qué investigar, para qué educar es un monopolio de las universidades. Creemos, no obstante, que hay que abrir espacios. Entendemos que el trabajo de las universidades tiene un impacto social y que las empresas deben comprometerse socialmente”, señaló.

Subvención Sur-Norte

En el debate sobre financiamiento de CRES 2008, también se abordó lo que Tamarit denomina “subvención Sur-Norte”. “Se trata de cuando los países no desarrollados, como Argentina, subvencionamos a los desarrollados con nuestros mejores universitarios”, explicitó el Rector.

En este sentido, se plantea desde las Universidades buscar mecanismos para que toda esta inversión que se hace en materia educativa tenga resultados nacionales. “Tenemos que hacer tan expectable la actividad de los universitarios en este país, como en el Primer Mundo”, consideró.

Masividad y excelencia

Una de las tendencias actuales en la Educación Superior es el incremento en el acceso, lo que dio como resultado el fenómeno del siglo XX denominado “masividad en la educación superior” (el que se contrapone con la educación para una élite). En un marco de incremento de la demanda por educación, el desafío es el de mantener los mismos estándares de calidad.

Tamarit reconoció que Argentina tiene una alta tasa poblacional que accede al nivel superior en comparación con el resto de Latinoamérica, aunque las “tasas rendimiento y calidad, al menos, están cuestionadas”. “Naturalmente, el financiamiento es una de las claves, pero no la única”, comentó.

“No se trata solamente de aumentar la participación de la Educación en el PBI para resolver la problemática de la calidad y la masividad. El problema en Latinoamérica es que este incremento sigue yendo al mismo sector, sin incorporar a actores que no logran llegar a la Universidad”, consideró.

Cuando se habla de democratización de la enseñanza superior, aparece necesariamente la problemática del ingreso. Tamarit se refirió al debate en torno a una opinión consensuada en CRES 2008: “El ingreso a las universidades no debe estar dado por el rendimiento del alumno, sino por el potencial. Las universidades deben estar preocupadas por descubrir los talentos de los chicos que llegan, para ver hacia dónde los podemos llevar”.

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