Martín Bevilacqua y Jorge Riaño terminaron de cursar Abogacía en la UNNOBA. Se manifestaron orgullosos, rescataron la calidad académica y la contención que recibieron por parte de los profesores a lo largo de la carrera, a la vez que aseguraron que van a seguir vinculados a la Universidad.
Comenzaron a cursar la carrera con el primer ciclo lectivo de la Universidad, en 2005, y rindieron los finales en los plazos previstos. «Lo veía como imposible cuando comencé la carrera, pero a medida que fuimos avanzando abrimos la cabeza, escuchamos los consejos de muchos profesores y pudimos hacerla en el tiempo académico establecido», dijo Bevilacqua.
«El hecho de ser una Universidad nueva nos brinda muchas ventajas. La fraternidad con los compañeros de cursada y la cercanía con los profesores, la posibilidad de golpear la puerta de los coordinadores de la carrera y que atiendan para dar una respuesta a tu consulta», señaló.
Los dos se manifestaron «hinchas de la UNNOBA» y alentaron a los estudiantes del nivel medio que elijan la Universidad para hacer una carrera. «Antes de inscribirme tenía un prejuicio sobre la UNNOBA que se desbarató inmediatamente cuando comenzamos a cursar las materias de la carrera», dijo Bevilacqua.
Riaño rescató que cursó la mayoría de las materias en comisiones de pocos alumnos y eso se tradujo en un mayor acceso con los profesores. «En otras universidades esa realidad es muy distinta», comparó. «Incluso, muchos profesores nos prestaron su propia bibliografía», destacó como ejemplo.
«El nivel académico que tuvimos fue bueno, los docentes son profesionales del Derecho que en muchos casos están ejerciendo cargos importantes. Además, cuando necesitás algo, vas a la ventanilla de Alumnos y te resuelven el problema de inmediato», señaló Bevilacqua, quien nació en Junín. «Si la Universidad no estuviera en esta ciudad, yo no podría haber estudiado Abogacía. Económicamente, no hubiera sido posible para mí estudiar en otro lugar», cuenta.
Por su parte, Riaño es oriundo de General Pinto y vivió en Junín durante la carrera. «Creo es una ciudad en la que podés hacer una vida universitaria y estar tranquilo para estudiar», consideró.
Bevilacqua es ayudante en la cátedra Ética Profesional y se inscribió para ingresar como ayudante el año próximo en la cátedra Derecho Procesal Civil. «Creo que haciendo docencia seguimos vinculados a la Universidad y podemos devolver parte de todo lo que nos dio, tanto a mí como a mis dos hermanas [una está estudiando Abogacía y la otra Contador Público]».
Probablemente, desde un sentimiento de agradecimiento hacia la Universidad es que Bevilacqua asegura que quiere seguir contribuyendo al crecimiento de la UNNOBA y se permite soñar: «Queremos que sea la mejor universidad del mundo».
Mientras comienza sus primeros pasos como profesional y ejerce como ayudante de cátedra, Bevilacqua adelanta que va a seguir estudiando Contador Público en la UNNOBA. Asegura sentir pasión por el estudio y grafica: «Si yo fuera Rockefeller me pasaría la vida estudiando».