Los jóvenes, la educación y las competencias para salir de la pobreza


Por el Dr. Guillermo T. Tamarit, Rector de la UNNOBA

La UNESCO, a través del Décimo Informe de Seguimiento de la Educación para Todos en el Mundo (publicado bajo el título “Los jóvenes y las competencias–Trabajar con la educación”) pone de relieve la apremiante necesidad de invertir en el sector educativo para que los jóvenes adquieran competencias laborales.

El informe muestra que, actualmente, para encontrar trabajo, los jóvenes necesitan poseer determinadas competencias y que ellas se adquieren en la escuela primaria y en la enseñanza secundaria.

El informe señala que en América Latina y el Caribe hay casi 2,7 millones de niños excluidos de la enseñanza primaria y 1,7 millones de adolescentes sin escolarización secundaria, quienes están perdiendo así la oportunidad de adquirir competencias esenciales para encontrar trabajo en el futuro. A esto se añade la crisis de la calidad del aprendizaje en todo el mundo: actualmente hay 250 millones de niños en edad de cursar primaria, escolarizados o sin escolarizar, que no saben leer o escribir.

“Estamos presenciando el surgimiento de una joven generación frustrada por el desajuste crónico que se da entre la adquisición de competencias y las exigencias del mercado de trabajo. La mejor respuesta a la crisis económica y el desempleo juvenil es garantizar que los jóvenes puedan adquirir la formación pertinente y las competencias básicas necesarias para ingresar en el mundo de trabajo, con confianza en sí mismos”, aseguró Irina Bokova, directora General de la UNESCO.

El informe, asimismo, señala: “Es imprescindible ofrecer vías alternativas a las jóvenes, para que se eduquen y adquieran así las competencias que les permitan ganarse la vida, vivir con dignidad y brindar su contribución a las comunidades y sociedades a las que pertenecen”.

Esta realidad no es ajena a vastos sectores de nuestra sociedad, en particular a la de sectores con menos posibilidades de acceso y permanencia en el sistema educativo. Por lo tanto, la recurrencia y profundización de esta situación recae en forma sistémica en los sectores más pobres de la población que reproducen un círculo vicioso de falta de educación-falta de ingresos-pobreza.

La irrupción de nuestra Universidad en la región no debe hacernos perder de vista los problemas estructurales que aún enfrenta el Noroeste de la provincia de Buenos Aires: desde sectores de analfabetismo estructural aún existente, hasta la baja tasa de egreso de la propia UNNOBA. Todos estos problemas deben ser abordados en forma conjunta, entendiendo a la educación como un sistema en el que los roles institucional, familiar y de la sociedad civil son determinantes.

El desarrollo de la educación superior en la región es una condición necesaria, pero no suficiente para el abordaje integral de esta problemática, en la que se juega el futuro de nuestros jóvenes y de nuestra sociedad.

El Informe de Seguimiento de la Educación para Todos en el Mundo estima que cada dólar gastado en la educación de una persona rinde entre 10 y 15 dólares en términos de crecimiento económico, a lo largo de toda la vida laboral de dicho individuo. En ese sentido, consideramos que mucho hemos avanzado en mejorar salarios e infraestructura educativa en la última década. Sin embargo, el esfuerzo debe ser permanente.

En la presentación al público de la iniciativa “La educación ante todo” efectuada el pasado 26 de septiembre, el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, subrayó cuán importante era agrupar a las partes interesadas para superar los obstáculos existentes y lograr “una educación de calidad, pertinente y transformadora”. Debemos trabajar desde cada espacio de la sociedad para lograr la educación que todos deseamos y merecemos.

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