Habitualmente la tarea del diseñador se asocia al producto y su tarea queda restringida a su fase más instrumental. Sin embargo sus competencias, cualquiera sea su especialidad, van mucho más allá de la comunicación visual y alcanzan relevancia social estratégica.
La doctora en Diseño María Ledesma, directora de la Maestría en Diseño de la UNNOBA (orientada a la Estrategia y la Gestión de la Innovación y aprobada recientemente por la CONEAU), planteó la necesidad de incorporar a los diseñadores en los programas de planificación estratégica de modo que puedan intervenir activamente en los procesos de desarrollo.
La especialista consideró que el diseñador puede concebirse como alguien que se ocupa de resolver necesidades concretas de comunicación visual y producto, o bien como un profesional que tiene una participación activa en la gestión de la innovación.
“Estamos más acostumbrados a ver al diseñador como alguien que, valga la redundancia, diseña un determinado producto. Es el rol más habitual y necesario, pero hay otro que lo compromete con una visión estratégica para detectar cuáles son las necesidades de innovación que se requieren y gestionar para llevar adelante un resultado que ya no tiene que ver con el producto sino con la posibilidad de crear una nueva situación”, explicó.
La doctora en Diseño sostuvo que este nuevo rol exige de los diseñadores instancias de formación específica: “Alternativas como la maestría que se dicta en la UNNOBA dotan a los profesionales de los mejores instrumentos para su desempeño en el seno de las organizaciones y para la gestión de procesos en los que hay muchas personas involucradas”.
Concebir de otra manera
Ledesma señaló que esta potencialidad en la función de los diseñadores es “cada vez más” considerada por instituciones y empresas donde los profesionales intervienen.
“Donde se empezó a notar con más fuerza esta función estratégica del diseño fue en los países centrales como Francia, Alemania y Estados Unidos. En países como Argentina quienes lo entienden más son las organizaciones estatales nacionales, provinciales y municipales”, contó.
Ledesma aclaró que cuando se habla desde esta nueva concepción de profesionales se hace referencia a todo tipo de diseñador, no solamente gráfico, sino de indumentaria e industrial. “Es estratégico el rol de los profesionales del área de Diseño en el noroeste bonaerense por la presencia de la Universidad, por la capacidad industrial que tiene esta zona y por la riqueza y variedad de sus cadenas productivas”, afirmó.
En la misma línea, consideró necesario sumar a esta reflexión sobre el rol del diseño a profesionales de otras disciplinas y mencionó que en la Maestría participan profesionales de otros campos que están interesados en incorporar una nueva visión.
“La UNNOBA se ha adelantado a la necesidad de su tiempo y ha hecho de la enseñanza del diseño un eje central de su tarea. Esto le permite contribuir al desarrollo de una de las zonas productivas más importantes del país”, agregó.
Mirar de otra forma
Por último, María Ledesma insistió: “Esta nueva cosmovisión del diseño compromete a los profesionales con la generación de valores culturales, con los procesos de desarrollo. Los arranca de la relación particular con un determinado cliente y los coloca en una posición estratégica de ir a buscar los lugares donde desarrollar sus nuevas capacidades”.
“Esto exige de parte del diseñador una nueva mirada”, planteó María Ledesma y concluyó su reflexión tomando una frase de la diseñadora Beatriz Galán: “El diseñador tiene que abandonar su mirada local a un punto fijo y tener una mirada de zoom”. “Es una visión de largo alcance que les exige estar comprometidos con situaciones que no se han creado todavía”, finalizó Ledesma.