“Hay que crear soluciones con la imaginación”

Cuando la sociedad sufre algún tipo de mal o conmoción es muy común escuchar el reclamo por más y mejor educación como la forma inmediata y evidente de solución. Es que en Argentina la presencia de las instituciones educativas estatales tiene una raíz profunda. “La educación laica y gratuita significó un hito para la constitución de Argentina como Nación y como Estado”, explica la vicerrectora de la UNNOBA, Danya Tavela.

En un país con orígenes diversos, culturas diferentes, religiones variadas, con presencia de una multiplicidad de lenguas, la educación gratuita permitió generar una identidad colectiva. “Compartir una historia y un idioma genera idea de Nación y de valores comunes”, señala Tavela.

Sin embargo no alcanza con la construcción de una identidad, la educación debe accionar sobre las necesidades concretas. Por eso la vicerrectora destaca: “Un valor que ha tenido siempre la educación en Argentina, en particular la universitaria y gratuita, es la movilidad social. Ese valor marca que la manera de ascender en la escala social es estudiando”.

Pero, ¿no habrá perdido fuerza ese modelo del esfuerzo y la superación a partir del cultivo personal? Tavela indica: “Hoy la educación superior compite, culturalmente hablando, con otros modelos de éxito que permiten ascender socialmente”.

“Hay que promover el esfuerzo -enfatiza Tavela-, el estudio, la dedicación en tiempo, como las maneras de crecer para ocupar un espacio en la sociedad, y la universidad tiene que ser parte de esa búsqueda de los jóvenes”.

– El modelo de esfuerzo y superación personal se empieza a recorrer en niveles anteriores al universitario. Sin embargo los profesores del ingreso tienen diagnósticos cada vez más graves y no pareciera haber instancias concretas de diálogo entre niveles. ¿Es posible articular con el nivel medio y pensar estrategias conjuntas?
– Sobre ese punto hay varios problemas. En primer lugar pertenecemos a jurisdicciones distintas: las universidades son nacionales y las escuelas son provinciales. Hubo una etapa, durante la década del 90, en que las universidades se metieron hacia adentro porque se veían agredidas por representar el último bastión del Estado, y resistieron. Pasada la década del 90 empieza el camino de articulación con la escuela media. Es un proceso lento porque hay entender realidades diferentes y porque no hay recetas: hay que crear las soluciones con imaginación. Se pueden plantear ideas como la formación docente unificada o establecer saberes previos para reforzarlos en el último año del secundario, incluso algunas universidades hacen pruebas piloto con algunos colegios. Pero este es un terreno en el que los resultados no se obtienen de un día para el otro, hay que tener en claro que la decisión final en el nivel medio la toma la Dirección General de Escuelas [en la provincia de Buenos Aires] y es muy difícil llegar a esa instancia, donde el Ministro está ocupado con temas que van desde lo salarial hasta lo edilicio o la violencia escolar. La provincialización de los colegios secundarios tiene como consecuencia grandes diferencias en los saberes alcanzados entre las distintas jurisdicciones: como los chicos no se forman bajo los mismos planes, la posibilidad de un “acceso común” a una universidad nacional es más difícil. Si bien la vinculación es muy compleja, es un camino que hay que desarrollar, no hay ninguna duda, de otra forma actuaríamos excluyendo. La universidad excluiría a quienes no tienen los saberes, y el colegio secundario porque no les permitiría dar un paso más en su formación.

– Es que quizás el nivel medio en este momento no esté tan preocupado en la formación para el nivel superior y tenga más presente otra meta a la que denomina “retención” o “contención”. Entonces si la universidad sigue manteniendo sus metas de formación profesional con excelencia académica hay un choque objetivo importante. ¿No hay un riesgo ahí, en que sólo las élites accedan a la universidad?
– La universidad pública argentina siempre ha estado caracterizada por su masividad, y esa masividad tiene que ver con la contención. Pero ¿es para eso que queremos la universidad, para retener y contener? No. El objetivo final debe estar puesto en formar graduados comprometidos socialmente, generadores de conocimiento, altamente capacitados para el desarrollo de sus profesiones. Hoy no se tienen muy claros los objetivos del sistema educativo, falta debate y acuerdos mínimos entre los niveles para que se puedan definir políticas y estrategias. La educación debe ser comprendida como el camino al desarrollo social y económico del país y no solo como una estrategia de contención a los jóvenes. Es imprescindible pensar para qué queremos la educación en cada uno de los distintos niveles y qué le ofreceremos a los jóvenes allí.

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